Logo, Gobierno ColombiaLogo, Marca País
Logo, Biblioteca virtual para ciegos de colombia
Acceder

Listar por autor "Dick, Philip Kindred"

Mostrando ítems 1 al 20 de 109

Resultados de la búsqueda

Lista de resultados

  • Portada no disponible

    Acto de novedades 

    Dick, Philip Kindred

    Las luces brillaban tarde en el gran edificio comunal de departamentos Abraham Lincoln, porque esta era la noche. Todas las Almas, los residentes, todos los seiscientos residentes, estaban obligados por su estatuto a asistir abajo, al salón comunal subterráneo. Entraban apresuradamente, hombres, mujeres y niños. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Adios, vincent 

    Dick, Philip Kindred

    El otro día estaba caminando rumbo a la Universidad y un tipo con un Mustang realmente nuevo me dio un aventón. Ninguno de los dos dijo nada durante un buen rato ustedes saben como es el Universo y entonces, percatándome de un pequeña y linda muñeca de plástico que tenía junto al túnel de transmisiones a su lado, comencé una de esas conversaciones sin forma, la clase de conversaciones que no tienen finalidad alguna sino mantener a raya el silencio. Le pregunté por la muñeca. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Aguardando al año pasado 

    Dick, Philip Kindred

    El edificio en forma de apteryx, tan familiar para él, dejó escapar su habitual luz gris humosa cuando Eric Sweetscent plegó su rueda y consiguió meterla en el pequeño espacio reservado para él en el aparcamiento. Las ocho de la mañana, meditó melancólicamente. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Algo para nosotros temponautas 

    Dick, Philip Kindred

    Addison Doug avanzaba, con aire exhausto, por el largo sendero de lajas redondas hechas de madera sintética, paso a paso, la cabeza baja y como si le agobiase un enorme dolor físico. La joven le veía llegar, sufriendo ella también al darse cuenta de su dolor y su cansancio, pero al mismo tiempo se alegraba de que al menos estuviese allí. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Aqui yace el wub 

    Dick, Philip Kindred

    Faltaba poco para terminar de cargar. El Optus, de pie, con los brazos cruzados, fruncía el ceño. El capitán Franco bajó despacio por la pasarela y sonrió. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    La araña acuatica 

    Dick, Philip Kindred

    Aquella mañana, mientras afeitaba cuidadosamente su cabeza hasta verla brillar, Aron Tozzo consideraba una visión desdichada e insoportable. Veía mentalmente quince convictos de Nachbaren Slager, de tres centímetros de altura todos, en una nave del tamaño de un globo infantil. La nave, que viajaba casi a la velocidad de la luz, seguía su avance lentamente, sin que los hombres que iban a bordo supieran lo que iba a ser de ellos ni les preocupase. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    El artefacto precioso 

    Dick, Philip Kindred

    Por debajo del helicóptero de Milt Biskle se veían las nuevas tierras fértiles. Había hecho un buen trabajo en esta zona de Marte, floreciente gracias a su reconstrucción del antiguo sistema de riego. La primavera llegaba dos veces al año a este mundo otoñal de arena y sapos saltarines, de un suelo alguna vez reseco y resquebrajado que soportaba el polvo de tiempos pasados, de una desolación monótona y sin agua. Había sido víctima del reciente conflicto entre Prox y la Tierra. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Automación 

    Dick, Philip Kindred

    La tensión aumentaba en los tres hombres que esperaban. Fumaban, se paseaban de un lado a otro, dando puntapiés a voleo sobre los matorrales y las piedras del camino. Un sol tórrido de mediodía se abatía sobre los campos de color castaño, las filas de casas de plástico y la distante línea de montañas hacia el oeste. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    La barrera de cromo 

    Dick, Philip Kindred

    La Tierra avanzó hacia las seis de la tarde, la jornada laboral casi terminada. Espesos enjambres de discos públicos se elevaron de la zona industrial, en dirección a los anillos residenciales. Como mariposas nocturnas, las densas nubes de discos oscurecieron el cielo del anochecer. Silenciosos, ingrávidos, conducían a sus pasajeros hacia el hogar, las familias que esperaban, la cena caliente y la cama. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Cadbury el castor que fracaso 

    Dick, Philip Kindred

    Una vez, hace mucho tiempo, antes de que se inventara el dinero, cierto castor llamado Cadbury vivía en una exigua represa que había construido con sus propios dientes y patas, se ganaba la vida royendo arbustos, árboles y otras plantas a cambio de fichas de póquer de varios colores. Las fichas azules eran las que más le gustaban, pero se conseguían muy rara vez, generalmente sólo como pago de grandes encargos únicos y duros de roer. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Cadenas de aire telarañas de eter 

    Dick, Philip Kindred

    El planeta en el que estaba viviendo tenía cada día dos amaneceres. Primero aparecía CY30 y luego su gemela menor se presentaba débilmente, como si Dios no hubiera sido capaz de decidirse cuál era el sol que prefería y finalmente hubiera encendido ambos. Los habitantes de los domos gustaban de compararlo con una secuencia de bulbos incandescentes de múltiples filamentos que se encendieran uno tras otro. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    La calavera 

    Dick, Philip Kindred

    Nos encontramos ante una situación muy importante para este Consejo, que requiere tus peculiares habilidades. Por otra parte, se trata de una situación que quizá te interese también a ti. Eras cazador, ¿no? Conoces bien la técnica de seguir rastros, de emboscarte en los matorrales y de acechar por la noche, ¿verdad? Imagino que la caza ha de proporcionarte muchas satisfacciones... Conger suspiró. Se mordió los labios. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Campaña publicitaria 

    Dick, Philip Kindred

    Mientras Ed Morris regresaba a la Tierra, finalizada su dura jornada laboral, las naves domésticas rugían por todas partes. Los carriles Ganímedes Terra estaban saturados de sombríos y agotados ejecutivos. Júpiter se encontraba en oposición a la Tierra y el viaje duraba dos largas horas. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Cantata 140 

    Dick, Philip Kindred

    Dejando su escritorio, Lackmore caminó hasta el mostrador, y aunque no le gustaban los Cols (parecía que cada mes llegaban más a la sucursal del Ministerio de Bienestar Social Especial, en Oakland), dijo con un tono de voz como para tranquilizar a ambos. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    El cañon 

    Dick, Philip Kindred

    El capitán miró por el objetivo del telescopio. Ajustó el foco con movimientos veloces. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Cargo de suplente maximo 

    Dick, Philip Kindred

    Con una hora de anticipación a su programa matutino en el canal seis, Jim Briskin, el cotizado payaso de las noticias, se había reunido con sus asistentes de producción para discutir el informe sobre una flotilla desconocida, posiblemente enemiga, detectada a unas ochocientas unidades astronómicas del sol. Se trataba, por cierto, de una noticia sensacional. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • El caso rautavaara

    El caso rautavaara 

    Dick, Philip Kindred

    El relato está escrito en primera persona por un ser extraterrestre que cuenta un desgraciado incidente entre su raza y los humanos. Dicho incidente tiene lugar cuando una nave espacial humana sufre un accidente. Los extraterrestres llegan a tiempo de salvar a Rautavaara, una de los tres tripulantes de la nave. Sin embargo, su desconocimiento del cuerpo humano les hace cometer un error y Rautavaara queda suspendida, literalmente, en el umbral de la muerte. Los extraterrestres pueden acceder a las impresiones de Rautavaara, que no percibe el mundo real, sino a Dios. Aprovechando esta oportunidad deciden experimentar con la impresiones de Rautavaara, a fin de poder experimentar con el mismo Dios. Sin embargo, a los humanos les resulta abominable que la cuasi-muerte de una de ellos sea utilizada como sintonizador del más allá, lo que da lugar al incidente diplomático del que se lamenta el narrador.

    Formato: DOCX (Word 2010 o superior), EPUB (Libro Electrónico)

  • Portada no disponible

    Los clanes de la luna alfana 

    Dick, Philip Kindred

    Antes de penetrar en la sala del Consejo Supremo, Gabriel Baines envió por delante a su simulacro modelo maní—de paso chirriante para ver si corría el peligro de ser atacado. El simulacro construido con bastante ingenio para parecerse a Baines en todos sus puntos había realizado muchas funciones desde que fuera diseñado por el clan inventor de los manis. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    El cliente perfecto 

    Dick, Philip Kindred

    Sábado por la mañana a eso de las once, la señora Edna Berthelson estaba lista para emprender su pequeño viaje de negocios. Si bien se trataba de un acontecimiento semanal que requería cuatro valiosas horas de su tiempo, siempre hacía sola el lucrativo viaje, para no tener que compartir el secreto de su descubrimiento. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)

  • Portada no disponible

    Colonia 

    Dick, Philip Kindred

    Hall se acercó a la ventana del laboratorio y contempló el exterior. Se vio forzado a admitir que se trataba de un panorama espléndido: bosques y colinas que se extendían hasta perderse de vista, laderas verdes cubiertas de flores y viñedos, cataratas, musgo, árboles frutales, flores por doquier, lagos... Todos los esfuerzos se habían encaminado a reservar intacta la superficie del Planeta Azul. (Tomado del contenido del libro) (Fecha de reseña 11/12/2015)

    Formato: DOC (Word 97-2003)