Los voluntarios de las montanas grises
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Los voluntarios de las montanas grises
Resumen
Llegaron con el alba y establecieron un campamento frente a las puertas de Wueden Thall. Los habitantes de la ciudad los habían visto llegar en fila de a dos, marcando el paso rítmicamente, las pesadas botas hundiéndose en la tierra mojada de la mañana. Vestían unos sobretodos grises, del color de las montañas del norte. Capuchas holgadas les tapaban los rostros, dejando a la vista únicamente largas barbas trenzadas, suavemente ondulantes al son de la marcha del ejército. Iban tremendamente cargados, con unas mochilas aún más grandes que ellos, de las que sobresalían palas y azadones, picos y martillos, hachas y cuerdas y, a un costado, pesados escudos redondos cubiertos de escritura rúnica. No cantaban, no hablaban. Parecían sombras informes en la tenue luz del amanecer. Cuando estuvieron en la explanada frente a Wueden Thall formaron siete cuadrados perfectos, de diez hombres a cada lado.
Tomado del texto original.
Fecha: 11/10/2016
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