El golpe de gracia
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El golpe de gracia
Resumen
La batalla había sido violenta y continuada; todos los sentidos lo confirmaban. El sabor mismo del combate estaba en el aire. Ahora todo había acabado; sólo quedaba socorrer a los heridos y enterrar a los muertos; «asearlo un poco», como dijo el bromista de un pelotón de enterramiento. Hacía falta una buena cantidad de «aseo». Hasta donde alcanzaba la vista, entre los bosques y bajo los árboles astillados, se extendían restos de hombres y caballos. Por entre ellos se movían los camilleros recogiendo y llevándose a los pocos que mostraban señales de vida. La mayoría de los heridos habían muerto por abandono mientras se discutía su derecho a ser asistidos. Las reglas del ejército establecen que los heridos deben esperar: la mejor manera de atenderlos es ganar la batalla. Hay que reconocer que la victoria es una importante ventaja para un hombre que necesita cuidados, pero muchos no viven lo bastante para sacarle provecho.
Tomado del texto original.
Fecha: 06/12/16
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