El hombre que salia de la nariz
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El hombre que salia de la nariz
Resumen
En la intersección de dos calles de esa parte de San Francisco que se conoce de manera bastante genérica con el nombre de North Beach, hay un solar vacío que está bastante más nivelado de lo que suele suceder con los solares, vacíos o no, de esa zona. Sin embargo, inmediatamente detrás de él, por el sur, el terreno adopta una empinada pendiente cuya cuesta se inte¬rrumpe por tres terrazas cortadas en la roca blanda. Es un lugar para cabras y para pobres, y varias familias de cada categoría lo han ocupado conjunta y amistosa¬mente «desde la fundación de la ciudad». Una de las humildes viviendas de la terraza inferior resulta nota¬ble por su tosco parecido a un rostro humano, o más bien al simulacro de éste que un muchacho podría recortar en una calabaza, sin pretender ofender a los de su raza. Los ojos son dos ventanas circulares, la nariz es una puerta, la boca una abertura provocada al quitar un tablón inferior. La puerta no tiene escalones. Como rostro, la casa es demasiado grande; como vivienda, demasiado pequeña. La mirada vacía y carente de significado de sus ojos, sin pestañas ni cejas, resulta misteriosa.
Tomado del texto original.
Fecha: 06/12/16
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