La rueda
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La rueda
Resumen
El viejo estaba sentado en su taburete y con la espalda apoyada en la encalada pared. Se había tapi¬zado el taburete elegantemente con piel de liebre porque en aquellos días no parecía haber mucha cosa entre el pellejo de sus posaderas y los huesos de su trasero. Era exclusivamente su taburete y así lo reconocían como tal en la granja. Las correas de un látigo que se suponía estaba trenzando le caían por entre los doblados dedos, pero, a causa de lo cómodo del taburete y de lo caliente del sol, sus dedos habían dejado de trenzar y cabeceaba a intervalos en aquella media y dulce siesta.
Tomado del texto original.
Fecha: 11/10/2016
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