Los chantajistas no disparan
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Los chantajistas no disparan
Resumen
El hombre del traje verde azulado —que no era verde azulado bajo las luces del Club Bolívar— era alto y tenía ojos algo separados, la nariz estrecha y una mandíbula prominente. Tenía también una boca bastante sensual. Su cabello era negro y ondulado, con algunas hebras grises casi imperceptibles. El traje se adaptaba a su cuerpo como si tuviera un alma propia y no sólo un pasado dudoso. El hombre se llamaba Mallory.
Sostenía un cigarrillo entre los dedos fuertes y precisos de la mano. Puso la otra sobre el blanco mantel y dijo:
—Las cartas le costarían diez grandes, señorita Farr. No es demasiado.
Tomado del texto original
Fecha de reseña: 11/12/2016
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