Muerte en las nubes

Abstract

Cuando el avión "prometheus" se acercaba al Canal de la Mancha, Madame Giselle, una acaudalada prestamista que en aquel aparente placido vuelo ocupaba el asiento numero doce inclinó la cabeza. Aunque cualquier persona que en aquellos momentos formaba parte del pasaje hubiera asegurado que se acababa de dormir, lo cierto es que en aquel preciso instante la mujer había sido asesinada con un pequeño dardo envenenado que se le clavó en el cuello y le produjo la muerte de forma instantánea. Cinco minutos antes que el avión iniciase sus maniobras para el aterrizaje en el aeropuerto de París un miembro de la tripulación advirtió que la Madame Giselle ya no era más que un cadáver, generándose una total estupefacción entre todas las personas que realizaron ese vuelo. El misterioso asesino no solamente había actuado con envidiable precisión, sino que además confió en que había cometido un crimen prácticamente perfecto. Tal y como tenía planeado ninguna persona de las que viajaba en el aparato se dio cuenta de nada. De hecho ni tan solo se percató del crimen Hércules Poirot, uno de los investigadores más sagaces del planeta que sentado unos asientos más delante de la víctima en esos momentos se encontraba algo indispuesto a consecuencia del viaje.

Nuevamente la astucia del investigador así como la participación de sus ayudantes serán factores clave a la hora de reconstruir los movimientos de las personas que formaban parte del pasaje y de la tripulación en ese fatídico vuelo, intentand