La hora de la muerte

Abstract

En medio de las montañas desiertas que separan el reino de Valencia de las llanuras de Castilla la Nueva, se eleva el monasterio de Cienfuegos. Echados por la guerra de la invasión, lejos de sus claustros devastados, los monjes habían abandonado sus apacibles celdas. La hierba había crecido en la iglesia, el altar estaba despojado de sus adornos sagrados, y en medio de la ruina general y de la desolación del lugar santo, sólo había quedado en pie un gran Cristo de mármol negro.