El ogro
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El ogro
Resumen
En todo el barrio del Pacifico era conocido aquel endiablado ca-rretero, que alborotaba las calles con sus gritos y los furiosos chasqui-dos de su tralla.
Los vecinos de la gran casa en cuyo bajo vivia habian contribuido a formar su mala reputación... ¡Hombre más atroz y mal hablado! ... ¡Y luego dicen los periódicos que la Policia detiene por blasfemos!
Pepe el carretero hacia méritos diariamente, según algunos veci¬nos, para que le cortaran la lengua y le llenasen la boca de plomo ar¬diendo, como en los mejores tiempos del Santo Oficio. Nada dejaba en paz, ni humano ni divino. Se sabia de memoria todos los nombres ve¬nerables del almanaque, únicamente por el gusto de faltarles, y asi que se enfadaba con sus bestias y levantaba el látigo, no quedaba santo, por arrinconado que estuviese en alguna de las casillas del mes, al que no profanase con las más sucias expresiones. En fin: ¡un horror!; y lo más censurable era que, al encararse con sus tozudos animales, azuzándolo s con blasfemias mejor que con latigazos, los chiquillos del barrio acu-dian para escucharle por perversa intención, regodeándose ante la fe-cundidad inagotable del maestro.
Tomado del texto original.
Fecha: 06/12/16
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