La crisis de la democracia gobernable

Abstract

Hablar del desencanto de la democracia es cosa corriente en el presente. A él se refieren, preocupados, los centros de elaboración ideológica del sistema capitalista. Apenas hace unas semanas, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le dedicó muchas páginas al asunto en su último informe, pero años atrás también lo hicieron las Cumbres Iberoamericanas de Presidentes y Jefes de Estado en 1996 (Viña del Mar) y 1997 (Isla Margarita), entre otros. El desencanto, en su versión, refiere al desprestigio de la política y los políticos, de los partidos y del sistema representativo. Es significativo que el BID encuentre el mayor desencanto entre quienes son concientes o víctimas del aumento de la pobreza y la desigualdad social en la región. Tomado del texto original. Fecha: 23/08/2016