La paradoja de la representación
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La paradoja de la representación
Resumen
Hacia el final de La paradoja acerca del comediante, uno de los protagonista del diálogo, el “Segundo” (éste es su nombre), dominado por la elocuencia del “Primero”, profundamente perturbado por la idea de que el comediante imita y suscita tanto mejor la emoción cuanto menos la experimenta, propone verificar la paradoja en una obra, e ir al teatro. “Son las cuatro y media; representan Didon; vayamos a ver a la señorita Raucourt; ella os responderá mejor que yo.” Esperanza ingenua de que un ejemplo reemplace a una prueba, de que la interpretación de esa actriz pudiera mostrar y demostrar lo que sin embargo sería imposible ver: el resorte del juego, la fuente de la que un gran actor extrae su arte mimético. Flema y juicio según el “Primero”, alma y sensibilidad a juicio del “Segundo”: el espectáculo permitirá decidir.
Tomado del texto original
Fecha de reseña: 09/06/2016
Editorial
www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS
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