Tercer seminario lectura: pasado

Abstract

La globalización, la sociedad y la tecnología de la información nos colocan ante innovaciones que tienen visos de una revolución en las formas de la comunicación social, lo cual tiene enormes implicaciones para la cultura escrita y para el medio impreso como objeto fundamental de la estructura social. Si bien toda evolución genera cambios, a veces con una serie de mejoras y ventajas indiscutibles: desarrollo, progreso, etc., también propicia cismas, obsolescencia, abandono, olvido; las prácticas cotidianas, los objetos familiares, y lo común de una sociedad o de una época se convierten en lo extraño o empiezan a alejarse, a formar parte de lo antiguo, obsoleto, inservible, hasta extinguirse. Por ello, no es casual que las políticas de lectura, nacionales e internacionales, apuntan a fomentar la lectura y los libros dado que la institución bibliotecaria es considerada como uno de los pilares de esas políticas; por otra parte es innegable su participación en la formación de prácticas sociales de lectura. Al respecto, algunos estudiosos sobre la problemática relativa a la transformación del soporte escrito del libro, al soporte de pantalla, del texto impreso al hipertexto y de las variaciones de sus correspondientes prácticas de lectura, junto con una serie de estudios apoyados en encuestas que indican la declinación de lectores de libros, que además nos hablan de la inclinación al empobrecimiento de la capacidad para la comprensión de los textos, consideraron oportuno trabajar